miércoles, marzo 21, 2007

Y soplaré y soplaré y tus árboles tiraré...

No, no fue ni el cuento de los 3 cochinitos, ni el fantasma de Don Benito Juárez enojado por que le quitaron su auténtico día de asueto, ni Ehécatl, Dios Azteca del viento... Fueron las plagas quienes acabaron con la firmeza de los árboles que ayer se cayeron.

Ayer se cayeron 45 árboles en toda la ciudad. Si bien es cierto que fueron los vientos los que empujaron éstos árboles hacia el suelo, éstos no se cayeron como fichas de dominó como por arte de magia. No.

Hay una larva que vive en los árboles llamada Gylcapsis Brimblecombei que chupa las hojas y seca el talle de los árboles. Éste acaba con la vida del árbol y lo convierte en un gran poste de madera sostenido sólo por sus débiles raíces. A decir verdad, hay más de 56 mil árboles infectados, principalmente los eucaliptos.

La Secretaría del Medio Ambiente ya tiene conocimiento del caso, y saben bien que la única opción para erradicar esta plaga es cortando árboles. Pero eso compromete a un sinfín de problemas ambientalistas y ecológicos que deben enfrentar, por lo que no han podido talarlos, y se han quedado ahí instalados, hasta que los vientos los tiran.

Y de la publicidad que se cayó, de esa podemos decir que también hay una plaga (esta vez burocrática, seguramente) que ha impedido durante años el retiro de espectaculares publicitarios.

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