jueves, marzo 22, 2007

El "arte brutal" del Toro


Guillermo del Toro vuelve a los orígenes de los cuentos de hadas.

"El contraste entre lo bello y lo brutal, es el arte que a mí me gusta; para que exista poesía debe haber violencia", con esta visceral y aguda frase, el flamante director mexicano Guillermo del Toro, redondeó una amena y jocosa charla con Leonardo García Tsao, director de la Cineteca Nacional.

Con una abarrotada sala de proyección, los cinéfilos pudieron disfrutar del primer corto del jalisciense titulado "Doña Lupe", con clara influencia del cine de los 80, es decir está inundado de drogas y violencia (ah, esos Almada y su cultura de cine). Inmediatamente al término de los créditos, comenzó la plática acerca de la trayectoría de Memo, llena de bromas, sarcasmos y un lenguaje típico de cualquier mexicano.

Del Toro se mostró como un narrador de historias y detonador de sentimientos, ajeno a las políticas de Hollywood o sus payasadas del Óscar.
"Si no hiciera yo historias de este tipo para el cine (violentas y directas), mejor me dedicaría a hacer estampitas de 'Amor es...', o portadas para cuadernos Scribe". Esperemos que ese día nunca llegue.


Hacia la recta final de la velada, el ganador del Ariel por Mejor Director, se enfocó en la mística del "Laberinto del fauno". Claro que es violenta, y claro que no es para niños, es simplemente un cuento de hadas realizado como éstos eran originalmente, y no como las barbarie de color rosa que ahora nos presenta Disney. Por ejemplo en "La Cenicienta", en los primeros relatos, las hermanastras se cortan los dedos del pie para que entren en la zapatilla, y al final un cuervo le saca los ojos a la protagonista. Es decir, la violencia siempre ha estado en al arte del ser humano y el cine como muestra creatividad, no está excento, más allá de los galardones o premios pues como dijera Guillermo del Toro: "Si le gusta a 40 personas, ya gané, porque no hago cine para satisfacer a 400 mil espectadores"... y sin embargo lo hace.




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