martes, enero 16, 2007

La peregrinación al trabajo.

Cada vez que voy al trabajo o regreso, me topo con dos o tres pequeñas construcciones que van desde lo feo hasta lo que le sigue. Aunque no son de nadie, siempre hay una alcancía que recoje propina para mantenerla limpia. Y ni quien se atreva a ensuciarlas, mancharlas o hacerles daño. Los altares a diferentes divinidades en la ciudad son como las extensiones de las iglesias, parroquias y templos que se acercan más a la gente, una forma de evangelizar las calles para que no quede duda acerca de que la gente cree en algo. En lo que sea.
Envíanos las fotos de los altares que ves a diario. Sitios de taxis, esquinas, y demás urbanidades intervenidas por estos milagritos religiosos son bienvenidos.

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