Seguro ya viste su foto en la prensa, su voz en el radio, su choro en la tele. ¡Está por todos lados... y a ti te choca!
Si sufriste con Cien años de soledad en la secu y te ardiste con el boom de Memorias de mis putas tristes o simplemente eres pretencioso y detestas automáticamente cualquier cosa que le guste “a-todo-mundo”, dale la espalda al octagenario festejado con los siguientes tips:
-¿Te acuerdas de cuando Gabo dijo que era buena idea jubilar la ortografía? ¿Que la ge y la jota mejor deberían ser una sola, y que de la be y la ve una sobraba? ¿Y que los acentos escritos y la hache no deberían existir? ¡Escándalo! Si todas estas formulaciones te sacan roña, cómprate algún libro de Álex Grijelmo, férreo defensor de la lengua española como-debe-ser. Cítalo contra los gabófilos deslumbrados, no hay falla.
-Y para ser consecuente, escribe limpiamente. Añade el Diccionario de la Real Academia Española a tu buscador (sólo arrastra el link a tu barra de vínculos y listo).
-Así como en el mundo del rock Megadeth y Metallica son bandas súper antagonistas, en el lavadero literario los enemigos-y-rivales son García Márquez y Vargas Llosa. Tu afrenta simbólica puede ser empezar algún libro del peruano –nacionalidad que nos quedó clarísima tras la metida de pata de Fox cuando lo hizo colombiano y premio Nobel en uno de sus discursos–. Tres básicos: La ciudad y los perros, Pantaleón y las visitadoras, La casa verde. El más reciente: Travesuras de la niña mala.
-Linkéate y entérate: lee aquí de cómo la mismísima Susan Sontag lo criticó por su cegazón y parcialidad ante la situación en Cuba; checa acá cómo se retractó –como pudo– después de que le llovió durísimo por lo de la ortografía; y ve nomás los resultados que da Google al meter “odio a García Márquez”. ¿Qué tal, eh? No estás solo.
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